Dicen que mañana será otro día. Dicen, además, un día mejor. La verdad no sabemos qué vendrá mañana y mucho menos tenemos un hint de si será mejor o peor o en realidad el último. Aunque el último sí es una certeza. El tiempo pasa no para curar sino para matar. El tiempo solo sabe de cobrar y las cobra todas, no deja ni una sola. Y aquí estoy, esperando a que venga a cobrarse. Lo espero, eso sí, con un sable en la mano. Lo voy a cortar, lo voy a herir hundiendo el puñal una y otra vez. Esa es mi imagen del futuro, para el que ya estoy lista.
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